Las flores frescas aportan color, frescura y buen aroma. Por eso, nos encanta decorar con flores frescas algún rincón de la casa todos los dias del año. En el jardín tenemos un rosal espléndido que da ramilletes de rosas de color carmín y naranja prácticamente todo el año. Gracias a las temperaturas cálidas del otoño pasado, pudimos recolectar algunas rosas para crear nuestro centro floral en la mesa del comedor sobre la que pusimos un mantel multicolor de estilo étnico con una paleta de vivos colores. Con estos elementos construimos un rincón visual colorido y vital. La pared principal tiene papel pintado de los 70, con dibujos geométricos y arabescos, en tonalidades verde menta, blanco roto y plata, que nos aporta frescor y armonia. Como nos encanta el arte, pusimos un grabado de la artista Mika Murakami y un óleo intervenido del pintor Javier Rodríguez Quesada. Sobre la mesa, una bandeja redonda de metal verde sirve de revistero para la revista que nos inspira.

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